miércoles, 18 de junio de 2008

Cerro Uritorco (y después)

Los días han transcurrido en Córdoba. Días de sol, fresco de noche (sólo en las sierras) y una de las postas a cumplir: Subir el Cerro Uritorco.

Situado en Capilla del Monte, este cerro se rodea de misticismo, energías y avistaje de ovnis. Para decepción de varios, no he logrado ver nada de esto (al menos no en una primer instancia) en las 3 horas que separaron a la base de la cima, ni en las 3 horas de descenso. En cambio, la he pasado muy bien con un grupo de personas que conocí camino de regreso. Interesante es ver cómo interactuan los diferentes grupos en el ascenso, siendo uno el guía de los que están más abajo y todavía no han recorrido suficiente camino, y viendo a quienes están arriba como esperanza de que se puede llegar más alto. Visión paralela aparte, lo anecdótico: Unos perros que parecían guiarnos -con mejor estado físico que todos nosotros- de aspecto chinesco en la mirada.
Luego de un poco de ejercicio, parar en Valle Hermoso fue la opción para descansar unos días, rodeado de muy buena gente que he tenido el gusto de conocer, un rico asado a la francesa y un postre por el cual mi estomago sigue pasando factura. Muchas gracias Gaby y Xavier por abrir las puertas de su casa (evitaré hacer comentarios acerca de la ventana).

Ahora me encuentro en Chilecito, La Rioja, desde la noche de ayer, por lo que dejé a Córdoba y su gente atrás en un decisión de segundos, continunado la ruta desde capital, pasando por Cosquín, trasbordando en Patquía y cruzando Nonogasta para llegar a destino. He de admitir que me fuí con ganas de compartir una última cena de empanadas con ustedes, familia de Palenque, a los cuales les agradezco de corazón la forma en la que me reciben. Gato, Gaby, Naty, Ivo... Volveré (y seré miñones). La siguiente parada es el Parque Nacional Talampaya, si el clima y el combustible (o la falta de) lo permiten. Luego, quizás, Tucumán.


Van otros 468km, y sumando...

jueves, 12 de junio de 2008

Riding the Suri

Después de unos días bastante complicados (burocracia, papeleos y demás) finalmente llegué a Córdoba, primer punto de arribo de este viaje. Sin problemas en el micro, sin cortes de ruta.. 9 horas cronometradas para dejar momentáneamente Buenos Aires y llegar al corazón del país. Aquí en el hostel ya me encontré con caras conocidas, muy buen sentimiento y el café con leche y criollas con manteca que no se hizo esperar. Siento que las cosas empezaron bien, y eso da tranquilidad y ganas para pasar una pared sólo con la intención de hacerlo. Por eso encuentro en este blog una forma de compartir esto, una oportunidad.

Y la idea de este viaje es dar oportunidades.

Si bien no hay una ruta exacta a seguir, si bien el plan es que no hay plan, no me preocupa tanto a dónde llegue, sino lo que encuentre en el recorrido. Hay olor a tierra caminada en el aire, pero es natural, y me gusta creer que el camino que haga ahora tendrá algo nuevo para ofrecer a este aire.

Esto recién empieza, y así como es, quiero agradecer a la gente que está y es partícipe del viaje: Los que estuvieron desde el principio, los que están sin estar, todos quienes se brindaron con ayuda para planificar el viaje y con provisiones. Simplemente gracias. Recuerden que la naturaleza es sabia y hace volver todo lo que se da.

Estos son los primeros 710km del viaje.